Los aceites esenciales tienen una amplia gama de aplicaciones para el bienestar. Se pueden aplicar solos o en mezclas complejas, dependiendo de la experiencia del usuario y el beneficio deseado. Los aceites esenciales regularmente se utilizan por uno de estos tres métodos: difusor aromático, directamente en la piel (uso tópico) o tomado como suplemento alimenticio. El uso de los aceites esenciales es muy sencillo y al mismo tiempo cambia tu vida. Compartir la experiencia de personas que han utilizado aceites esenciales ayudará a quienes los conocerán por primera vez a que tengan una práctica más benéfica y agradable. Los aceites esenciales son naturalmente seguros y tienen poco o ningún efecto secundario cuando se siguen correctamente las normas básicas de seguridad, ya que al ser tan concentrados se deben utilizar en cantidades muy pequeñas y diluidos. Hay que asegurarse de utilizar sólo aceites esenciales puros y seguir todas las precauciones e instrucciones de la etiqueta.
Los aceites esenciales nunca deben aplicarse en los ojos o en el interior del canal auditivo. Si el aceite esencial al entrar en contacto por vía tópica provocara enrojecimiento o irritación, basta con aplicar un aceite vegetal como el aceite fraccionado de coco, aceite de almendras o similar en la zona afectada (el agua no diluye los aceites esenciales)
Y, por supuesto, siempre hay que consultar al médico antes del uso de aceites esenciales si se está embarazada o bajo tratamiento médico.
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