La aplicación tópica de los aceites esenciales es muy
efectiva. Debido a que éstos
tienen pesos moleculares pequeños y son liposolubles, penetran fácilmente la
piel. Una vez que son absorbidos,
permanecen en la zona de aplicación aportando un beneficio localizado.
Aún cuando los aceites esenciales por sí mismos son
absorbidos de forma sencilla, hay muchas formas en las que podemos incrementar
esa absorción. Por ejemplo, al
masajear ligeramente la zona de aplicación, se incrementa el flujo sanguíneo,
lo que mejora la distribución a través del cuerpo. También, el usar un aceite vegetal como base (como el fraccionado de coco, el de
almendras dulces, el de oliva) para diluirlos puede mejorar su absorción, sobre
todo en pieles secas, ya que ayuda a humectar la piel y así se reduce la
evaporación de los aceites esenciales.
Con el fin de disminuir las posibilidades de desarrollar una
sensibilidad en la piel, especialmente en pieles jóvenes y delicadas, siempre
se recomienda usar un aceite base para diluir nuestros potentes aceites esenciales,
sobre todo cuando se usan por primera vez. La dilución recomendada dependerá básicamente de la edad de la persona que los utilice, aunque deberán tomarse en cuenta otros factores.
También se recomienda siempre usar pequeñas dosis repartidas
a lo largo del día, en vez de una sola dosis grande, y se debe empezar con la dosis más pequeña posible. De forma tópica se puede
repetir cada 4-6 horas, según como se necesite, ya que cada individuo es único
y la dosis variará dependiendo en la talla, la edad y la salud de la persona.
Las mejores zonas para aplicar los aceites esenciales son:
- Cuello
- Frente y sienes
- Pecho y abdómen
- Columna vertebral
- Brazos, piernas, plantas de los pies
Otros métodos efectivos de aplicación tópica:
- Añadir unas gotas al agua de baño
- Hacer compresas frías o calientes mojando una toalla o tela en agua, a la que se le han añadido los aceites esenciales, y luego aplicarlas sobre el área deseada
- Añadir el aceite a una crema humectante y después aplicarlo sobre la piel
Zonas sensibles que hay que evitar:
- Algunas partes de la cara, como la piel alrededor de los ojos
- Ojos y oído interno
- Piel lastimada (cortes, raspaduras,…)
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