Todos sabemos que la dieta y el ejercicio son componentes
clave de un estilo de vida saludable, y que otro de los grandes pilares de la
salud es el dormir suficiente y adecuadamente. A pesar de la cantidad de sueño
que cada persona necesita es variable, los expertos recomiendan que un adulto
duerma por lo menos unas 7-8 horas cada noche. Por desgracia, aproximadamente
un tercio de la población no llega a dormir esas horas y uno de cada cinco
adultos experimenta ocasionalmente problemas para conciliar el sueño o
insomnio.
Hay muchos factores que pueden influir negativamente sobre
cuánto (y qué tan bien) dormimos, desde cuestiones familiares (tener un recién
nacido, por ejemplo), las conveniencias de la vida moderna (como el acceso a la
tecnología 24 horas al día), horarios laborales variables, la calidad y antigüedad
de nuestros colchones y almohadas, y no olvidemos el consumo de alcohol,
nicotina y cafeína. Esta lista podría seguir indefinidamente. Desgraciadamente,
una de las primeras cosas que sacrificamos debido a nuestro ajetreado ritmo de
vida actual, son las horas de sueño.
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE DORMIR?
Dormir es importante porque nos ayuda a recuperarnos mental
y físicamente, permite que nuestro cuerpo se recupere del estrés de la vida
cotidiana y nos ayuda a recargarnos de energía y a poder concentrarnos con mayor facilidad. El privar a
nuestro cuerpo de un sueño reparador se ha asociado a muchos riesgos para la
salud y representa una carga tremenda para cada órgano de nuestro cuerpo. La
falta de un sueño adecuado afecta a nuestra capacidad de perder peso o mantener
un peso saludable; influye en cómo nos sentimos, aprendemos y nos comportamos,
y afecta de forma negativa a nuestra salud cardiovascular y a nuestro bienestar
general. Además, puede reducir nuestra capacidad de reacción, lo que puede ser
peligroso, para nosotros y para los demás, cuando conducimos. En resumen,
mientras menos dormimos, menos oportunidad le damos a nuestro cuerpo de sanar y
prepararse para el siguiente día, reduciendo nuestra calidad de vida.
Por supuesto, hay factores que influyen en nuestro sueño que
no podemos controlar (el tener un hijo enfermo, o los ruidos exteriores que nos afectan,
por ejemplo), pero debemos enfocarnos en aquellas cosas que sí podemos
controlar y seguir algunas pautas que podemos aplicar para ayudarnos a asegurar
no solamente el que durmamos suficientes horas, sino que éstas sean calidad.
CONSEJOS PARA DORMIR MEJOR
- Come bien y haz ejercicio de manera rutinaria
- Trata de mantener unos horarios regulares para irte a la cama y despertar
- Evita el alcohol, la cafeína, la nicotina y los aparatos eléctricos antes de irte a la cama
- Reduce la intensidad de la luz por lo menos 1 hora antes de irte a dormir
- Asegúrate de sentirte cómodo (que tu habitación esté en silencio, a oscuras, con una temperatura agradable y un ambiente relajante)
- Pasa la última hora antes de dormir haciendo algo relajante, como leer, meditar o mantener una conversación agradable
- Usa Aceites Esenciales de forma aromática en tu habitación para crear un ambiente relajante. También pueden ser utilizados interna o tópicamente para tranquilizar el sistema nervioso, fomentar la relajación y así lograr tener un sueño reparador
ACEITES ESENCIALES PARA LA RELAJACIÓN Y EL SUEÑO
- Lavanda: Reduce la ansiedad y el estrés. Fomenta sensaciones de relajación y tranquilidad emocional. Es muy buena para el insomnio.
- Vetiver: Actúa directamente sobre el sistema nervioso. Tiene un efecto calmante y equilibra las emociones, ayudándonos a relajar la mente.
- dōTERRA Serenity® Mezcla calmante: Fomenta la relajación y un sueño reparador, ya que disminuye la tensión nerviosa y la ansiedad, y calma las emociones.
- Bergamota: Tiene un aroma relajante que nos ayuda a disminuir el estrés.
- Manzanilla Romana: Nos ayuda a relajarnos y a disminuir la ira y la irritabilidad cuando estamos en medio de una situación estresante o que nos genera frustración.
- Cedro: Nos da sensación de bienestar, ayuda a relajar la mente y el cuerpo.
- dōTERRA Balance® Mezcla equilibrante: Fomenta la relajación del cuerpo, puede ayudar a disminuir la ansiedad, brindándonos una sensación de tranquilidad y equilibrio.
- Ylang Ylang: Tiene un efecto calmante que mejora el ánimo y nos ayuda a disminuir el estrés
- Mejorana: Es relajante, sobre todo cuando nos sentimos enfadados o irritables.
- Salvia: Nos ayuda a relajarnos y nos predispone para tener un sueño reparador.
¿CÓMO USARLOS?
Para elegir cuál de estos aceites te funciona mejor, lo mejor es que experimentes. No todos los aceites esenciales nos funcionan de la misma manera a todos y también influirá nuestra propia percepción y gusto en cuanto al aroma.
- Aromáticamente: Antes de dormir, colocar el difusor al lado
de la cama y, siguiendo sus instrucciones, colocar el agua y 3-4 gotas de cada
uno de los aceites esenciales elegidos. Dejarlo funcionando 3 o 4 horas.
También podemos colocar un par de gotas del aceite esencial
que hayamos elegido en nuestra almohada, o inhalarlo directamente colocando las
gotas sobre las palmas de la mano, frotarlas y cubrir con ellas nariz y boca,
respirando lenta y profundamente durante 1 minuto, justo antes de dormir.
- Tópicamente: Podemos usar Serenity® Mezcla calmante o, por ejemplo, preparar
una mezcla con 2 gotas de Lavanda, 2 gotas de Manzanilla Romana y 1 gota de
Vetiver, y aplicar sobre nuca, sienes, plantas de los pies y un poquito justo
por debajo de la nariz, antes de irnos a la cama.
Precauciones:
Para aplicarlos tópicamente, siempre es mejor comenzar con una dosis baja y diluirlos en aceite base para evitar irritaciones en la piel. La bergamota es un cítrico, por lo que debe evitarse la exposición al sol o rayos UV hasta 12 horas después de aplicarlo sobre la piel.
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